Para David la casa sé Dios significa lo más hermoso y grande en Salmos 84:1‑4 y en el versículo 10. David deseaba los atrios (Patios) de la casa de Jehová.
El Salmista decía, Yo deseo estar en la casa de Jehová todos los días para contemplar la hermosura de Jehová y para inquirir en su Santo templo (Salmos 27:4)
Jehová la habitación de tu casa he amado (Salmos 26:8)
El verdadero cristiano se alegra con los que le invitan ir a la Casa del Señor
Yo me alegre con los que me decían a la casa del Señor iremos (Salmos 122:1)
Te pregunta el Señor: ¿cómo a estado tu asistencia a la casa de Dios?
¿Te alegra con los que te invitan a ir a la casa del Señor?
El Señor te dice en Hebreos 10:25 No dejando de congregarse como algunos tiene por costumbre. Por que Dios habla en su casa como en Bethel (casa de Dios y puerta del Cielo Génesis 28:17‑22.)
2 Crónicas 7:14, 15,16. Porque los ojos de Jehová están abiertos y atentos sus oídos a la oración en este lugar.
Ezequiel 43:1‑5 La Gloria de Jehová llena la casa
Mi casa será llamada casa de oración (Isaías 56:7)
El Señor Jesucristo lo confirma en Mateo 21:13; Marcos 11:17;
Lucas 19:46 MI CASA SERA LLAMADA CASA DE ORACION.
Todos los que habían creído estaban juntos y perseverado unánimes cada día en el templo. (Hechos 2:46‑47)
¿Cuál es la casa de Dios?
Es la Iglesia (1Timoteo 3:15)
¿Qué otras cosas nos demanda el Señor?
Hechos 2:42. Perseverancia en la comunión; Unidad de los creyentes.
Mateo 18:20. Congregados juntos.
Lucas 2:46. El ejemplo de Cristo.
Hebreo 10:25. Evitar la negligencia no dejando nuestra congregación.
El estar en la casa de Jehová es necesario por allí mana alimento a mi alma.
¿ Eres advenedizo o extranjero en la casa del Señor?
El advenedizo y extranjero es el que está arrendado o alojado en la casa no se entera de lo que pasa en la casa mientras que el miembro de la familia si conoce los problemas de la casa.
Un miembro de la familia es lo que Dios quiere de nosotros que traspasamos todo los obstáculos que puedan impedir llegar a la casa de Dios. (Efesios 2:19.)
Porque nosotros que en otros tiempos estábamos lejos, hemos sido hechos cercanos por la Sangre de Cristo. (Efesios 2:13.)